jueves, 31 de julio de 2008

Jorge Manrique y su padre

Por desgracia, estoy escribiendo este artículo o cómo quiera que se llame... En el día en que alguien fallece dentro de tu círculo vital, el pensamiento no se puede ir más que a las preguntas eternas, aquellas que aún con los avances tecnológicos, médicos y en un etcétera de campos científicos que se han conseguido, pero que dejan sin contestar este entramado cuestionario que el hombre se hace desde que tiene cierto uso de conciencia. Sobre todo si la muerte se ha producido de forma trágica, inesperada y sin aparente explicación médica, es decir, sin que los avances de nuestra tecnológica y bienestablecida sociedad promulga. Tanto avance para qué... seguimos en el mismo punto de respuestas que el hombre que dejó las cavernas para vivir en comunidad, se nos vienen muchos porqués a la mente, pero ninguno tienen respuestas (quizá lo maravilloso de esto esté en tanto misterio). Buscamos constantemente sentidos que nos digan cuál es nuestro camino en la vida, pero ¿cuál es el sentido de ella? La conclusión que se nos ha aportado por ahora es que es un sinsentido, quitando aquellos paraísos que se nos prometen en las religiones, pero que no estamos en la certeza de que existan. Pensando estos días, lo único que saco en claro es que mi "supuesto sentido de vida" es pasar por ella, intentando dejarla haciendo algo bueno por los que la tendrán que "sufrir" o la "sufren"... y, por supuesto, disfrutándola, no dejando de hacer algo por lo que te puedas arrepentir el día que llegue tu hora. De hecho, no tengo miedo a la muerte, por supuesto que quiero vivir lo máximo posible, pero no temo a mi ida de este mundo, lo que sí me aterra es que se vayan los que están a mi alrededor, aquellos a los que aprecio y siempre tengo conmigo, ya sea física o "almamente". Y en esas seguimos y caminamos día a día, entre cerveza y cerveza, entre canción y canción, proyecto y proyecto... intentando contestar las preguntas del examen que todavía nadie ha logrado aprobar.
¿Cuándo fue el gran estallido?
¿Dónde estamos antes de nacer?
¿Dónde está el eslabón perdido?
¿Qué son los agujeros negros?
¿Se expande el universo?, ¿Es cóncavo o convexo?
¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos?, ¿ A dónde vamos?
¿Estamos solos en la galaxia o acompañados?
¿Y si existe un más allá? ¿Y si hay reencarnación?
¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos?, ¿A dónde vamos? ¿Qué es el ser?
¿Qué es la esencia?
¿Qué es la nada?
¿Qué es la eternidad?
¿Somos alma? ¿Somos materia?
¿Somos sólo fruto del azar?
¿Es eficaz el carbono 14?
¿Es nuestro antepasado el hombre de Orce?
¿Quiénes somos?, ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?
(Siniestro Total)
Una de las mejores definiciones de la vida es la que le escucho cada semana a Carmen Linares, a ritmo de toná, en su "Canto de resignación", desde luego no hay como el flamenco para dar en el clavo en tan solo 4 versos:
La “vía” que conocemos,
la “vía” que tanto amamos,
con sus horitas de dulce
y sus finales amargos.

1 comentario:

ROSA E OLIVIER dijo...

La Andonda le dijo al Fillo:
"anda, vete, gallo bronco,
a cantarle a los chiquillos..."...para ti...e Link "chat noir"...Camarón de la Isla...