miércoles, 9 de julio de 2008

Los grandes dinosaurios que nunca estuvieron en academias lloriconas

Últimamente algunos grandes dinosaurios musicales se han acercado hasta nuestro país y esto siempre causa, mayoritariamente, dos reacciones: la del incondicional que nunca aceptará que la estrella está en declive y la del criticón que todo lo que hace un dinosaurio musical le parece mal, desastrosamente mal, poniendo pegas hasta a la pasta de dientes que usan. Ante estas espectativas, hay que valorar en su justa medida los últimos conciertos ofrecidos por Neil Young y Bob Dylan en nuestro país. Lo del canadiense en el Rock in Rio (uno de los pocos salvables de tan mediático festival) fue absolutamente colosal, desde luego es de otro planeta musicalmente hablando. Entre lo dulce y sutil de las canciones del gran "Harvest" (imprescindible disco del que os dejo una esquisitez http://es.youtube.com/watch?v=c7M1Se-p7uk), y la tormenta sonora de sus canciones eléctricas, con esa forma tan personal de tocar la guitarra, surge la figura del viejo gigantón, viejo, pero gigantón en aspecto y en lo musical. A pesar de enfermedades y varapalos que le ha dado la vida y de lo "viejuno" que parece, ...
Al casi septagenario de Minnesota no se le puede hacer ningún reproche. Después de cumplir los 67 hace casi dos meses, y llevar casi 20 años de gira (con bastantes más de 2000 conciertos desde el 89, a ver quién es el guapo que supera la marca), lo que vi y escuché en Jerez no es moco de pavo. Muchos hablan de que está acabado y esas cosas que se dicen... cuando queremos darnos de "enteraítos" del tema o de ser ultramoderno, pero este señor que cambió todo el concepto de rock and roll allá por los 60, mostró todo una gama de estilos de puro rock americano (ya lo analiza bien H. en su blog) durante más de dos horas, más quisieran algunos jovencitos lloricones llegar a la profundidad y carisma de este enviado por Apolo. Se dice que es soso y antipático en escena, que habla poco, pero pienso que lo que promete es música, y eso la da a raudales, para graciosos y simpáticos mejor irse a ver a Los Morancos. O acaso cuando alguien va a ver a la orquesta sinfónica de Viena espera que el director cuente un par de chistes y dialogue con el público... Es fiel a sí mismo, cosa que de muy pocos se puede decir (ver el artículo de El país titulado "El Magisterio de Bob Dylan" del 7 de julio de 2008).
Y ahora a seguir tragándose niñatos lloricones en televisión que ni en sueños podrán llegar a estar más de 40 años encima de un escenario... o está la opción de plantarse en Lisboa o Benicassim para ver al otro gran dinosaurio del verano, Leonard Cohen.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo ya lo dejé claro: primero el festival de blues de Cazorla, y después ese maravilloso compositor, otro que está empezando, Leonard Cohen. Hay que iiiiirrrrrr...

Barbi Superstar dijo...

Completamente de acuerdo en todo.. Las generaciones O.T. van a acabar con nosotros o por lo menos con el concepto de música "como Dios manda". Menos mal que aún nos quedan estas grandes leyendas, mitos vivos de la historia del rock, gracias a los cuales podemos decir orgullosos que disfrutamos con la música.
Por cierto... ¿septagenario? aunque no sea yo la sra. profesora, juraría que le falta una "u".... jejejejjejeje

sevilla calling dijo...

Un placer recibirla en mi blog, sarita, y gracias por la corrección. En cuanto a estos niñatos que se creen estrellas, yo no me preocuparía mucho por ellos, piensa en cuantos han resistido en el mundo de la música después de no sé cuantas ediciones...