lunes, 1 de septiembre de 2008

A orillas de la denominación Ribera del Duero (1)

Durante el puente de agosto se celebró la décima edición del Sonorama, festival de música (etiquetada por la prensa como alternativa) que muestra algunas de las mejores bandas de la música patria, en su mayoría, y algunas, pocas, del extranjero. Sin entrar en los diversos desastres organizativos que tuvimos que sufrir los asistentes, es mejor contar lo positivo, es decir, hablar sobre las actuaciones de los grupos, especialmente aquellos que merecen una reseña debido a su gran actuación. Saltándome algunos grupos de la fiesta de bienvenida que fue el jueves 14, por no parecerme interesantes, destacable ese día fue la actuación del proyecto de Nacho Vegas con algunos expertos de música tradicional asturiana llamado Lucas 15, muy recomendable la mezcla o fusión (como se le quiera llamar) de su música, transportándonos a las tierras de los valles mineros. Confieso que no estoy muy puesto en la música tradicional asturiana, pero a mí me pareció que, supongo que sin llegar a la pureza de esta música, la propuesta es más que recomendable.
Vistas y disfrutadas las actuaciones viscerales y plenamente rockeras de Standstill y The Right-Ons, al final de la noche llega el plato fuerte del día: el legendario Josele Santiago. El ex-líder de Los Enemigos fue fiel a sí mismo y ofreció una de sus típicas actuaciones con altibajos, y es que es normal que fuese así sobre todo si la organización se lo lleva a las bodegas del gran vino que allí se produce, conociendo la afición que siente este cantante madrileño por los diferentes líquidos alcohólicos. Visto el resultado de ebriedad que esto produjo, la actuación no estuvo mal del todo, tuvo incluso momentos brillantes, pero con irregularidad (como cuando se le olvidaban las letras de canciones como "An-tonio", ¡Cómo me recuerda esto al sublime Silvio!). Eso sí, después del calambrazo que sufrió (le hubiese quedado bien cantar después "El gran calambre final") con el micrófono, se le agradece que nos obsequíase con uno de los mejores momentos del festival con la versión de Rufus Thomas que interpretó.